miércoles, 15 de mayo de 2013

Graducación 2012

Buenas tardes a todos, Petra, tutores, padres, madres, familiares y queridos alumnos. Este año tengo el privilegio de decir unas palabras como representante de los profesores del IES La Jara a un grupo de jóvenes que siento muy cercano a mí.

Hace seis años compartimos, vosotros y yo, un inicio, el 15 de septiembre de 2006, entrabais por primera vez en este centro, erais unos renacuajos inquietos y curiosos que buscaban su clase de 1º de la ESO, esa fecha fue mi primer día como profesor en este instituto. Empezábamos, vosotros y yo, un camino que nos ha conducido a esta noche, a esta merecida celebración de vuestro esfuerzo. Pero el camino se separa, se bifurca, como me dijo Claudia la semana pasada, ya no os daré más clase de Historia, ya no os corregiré exámenes. Vuestro destino es más elevado, os marcháis a la ciudad, a esa fábrica de sueños que son las universidades. Para vosotros supondrá un reto, una prueba de madurez, ya no viviréis en casa con papá y mamá, compartiréis piso y tareas domésticas con compañeros, conoceréis nuevos amigos y perderéis alguno en el camino. Aprovechad los próximos años, devoradlos.

Cuando me senté delante del ordenador para redactar este discurso me venían a la mente vuestras caras, vuestros nombres, vuestros gestos y la gratitud enorme con la que siempre me habéis obsequiado. Haber sido vuestro profesor ha sido un lujo, con muchos de vosotros he estado 3 años.

Cómo no recordar esa clase de 3º B, canalla, esa jungla salvaje ante la que cualquier ejército huiría despavorido, qué difícil me resulta ahora comprobar cuánto habéis crecido. Pero si iba a la clase de 3º C la batalla no era más fácil, Juan Andrés Coleto y Fernando mantenían una lucha sin cuartel contra Juan José Repullo. ¡Tiza va, tiza viene! Eso sí, a pesar del combate, mi llegada era siempre bien recibida, tanto que por primera vez me explicaba clase de Geografía a mí mismo.

Me explico, qué quiero decir con que me explicaba clase a mí mismo. Los alumnos que están aquí ahora y que van a recibir su premio, hicieron hace cuatro años una caricatura mía, en un folio, en dicha caricatura aparecía yo explicándoles a ellos, los nombres de las Islas Canarias y se mantuvo en el panel de corcho de la pared durante todo el curso, como símbolo de un vínculo que desde ese día me enlazaba con este grupo.

En 4º de ESO compartí el curso con unos pocos y no sería hasta 1º de Bachillerato, cuando otra vez nos embarcábamos en una aventura, todos juntos, surcando los mares. Mi querida Isabel Buenestado nos tenía preparado un acontecimiento cósmico: en el crucero vimos ciudades increíbles, comimos, bailamos, nos disfrazamos y sobre todo nos reímos. No olvidaré los gritos de júbilo en el puerto de Valencia cuando visteis el barco por primera vez, tampoco olvidaré a Miguel Ángel Blanco en un pasillo del crucero acompañado de todos nosotros, esperando que se abriera la puerta de un camarote, que no se abrió… O a Josefina con un chaleco salvavidas naranja, dando indicaciones de evacuación a todos los pasajeros. Otra vez Claudia, como reportera en la cena informando puntualmente de todos los cotilleos. O Juan Antonio Díaz y Javi Pozuelo bailando y saltando en la pista desde el primer día hasta el último.

Este año, el viaje ha sido dentro del instituto, preparar el acto final de la semana cultural. Sabéis que lleva tiempo, trabajo, ensayos, prisas y mucha, mucha satisfacción. Como siempre, estuvisteis a la altura y vuestros profesores os los recompensaron con creces. Mª Cruz, Eduardo, José Luis o Isabel fueron uno más, entre vosotros, bailaron, concursaron y se disfrazaron. Son parte básica de la promoción 2006-2012. Y desde esta tribuna quiero agradecer el trabajo y la labor incesante de unos compañeros con los que comparto trabajo y alumnos. Gracias a excelentes profesores como Miguel Ángel Torrico, Mª Cruz Castro, Enrique Arauzo, Marta del Rey, José Luis Pérez, Elena Rubio, David Hernández, Isabel Buenestado o Belén Chica, Valdivia o Petra, por nombrar algunos, los que siento más cercanos a mí.

A partir de mañana cuando entre en una clase no tendré la mirada atenta de Isabel Villarreal, de Rosa, de Juan Andrés, de Nicolás, de Darío o de Azahara, de Ana Cristina y de Yolanda. Una mirada que siempre, siempre llevaba una sonrisa, un comentario amable. No podré contestar las preguntas inteligentes de Juan Pedro, de Sonia o de Juan José Repullo, o cómo no, las preguntas absurdas de Javi Pozuelo… los comentarios maduros de Juan José Jiménez, las preguntas de África, como ¿Esto entra en el examen, Nacho?, la mirada astuta de Miguel A. Cachinero; la paciencia de Felicidad con el pesado de Iván o la puntualidad estricta de Elena Calero…

No, ya no estaréis delante de mí en clase, ya no me protegeréis en mis batallitas con los bandoleros de la Guerra de la Independencia matando franceses. No espiaréis a través de la mirilla de una puerta la alocada vida amorosa de los reyes de España, ya no juraréis constituciones, no hundiréis barcos americanos en la isla de Cuba (Antonio Castro hubiera vibrado), ni traficaréis con tomates y lechugas en la posguerra, no ocultaréis a pistoleros en la Barcelona de la Semana Trágica. Eso sí, siempre despediremos con profunda tristeza al presidente Azaña desde los Pirineos en la frontera con Francia.

Mis últimas palabras son de esperanza, de que la vida nos dé una segunda oportunidad, de que el futuro no sea un sendero que se diluye y nos separa poco a poco. Espero que siempre me sintáis como vuestro profesor, no sé si uno más, pero sí al menos, el que todos y cada uno de los días que estuvo con vosotros, intentó que aprender fuera lo más divertido posible, lo más apasionante. Ser maestro es un privilegio y tener alumnos que te escuchen, te sigan y te quieran, el regalo más grande que me ha dado este centro.
Ya lo sabéis, os quiero.

Ignacio Galán Gómez,
Profesor de Historia


Buenas noches, compañeros, profesores, familiares, amigos. Antes de nada, quiero dar la enhorabuena a mis compañeros de 2º de bachillerato por haber llegado hasta aquí. Subirse hoy a este escenario y tomar la perspectiva de estos seis años no es una tarea fácil, pues cada uno de nosotros guardamos el recuerdo de unas vivencias y experiencias demasiado individuales.

Comenzaré volviendo la vista atrás a aquel 15 de septiembre de 2006, en el que la mayoría de nosotros llegamos a este S.U.M. de la mano del que fue director de este centro, Manuel Herrerías. Así comenzó una nueva rutina en la que había más exámenes, en la que comenzamos a necesitar más horas de estudio cada vez, en la que muchos de nosotros, –estoy seguro-, tuvimos nuestro primer suspenso.
Pasaban los años, conocíamos a nuevos compañeros, hacíamos nuevos amigos, y algunos encontraron a su primer novio o novia. Y entretanto, avanzábamos en esta aventura académica.

Llegó 4º de E.S.O., ya habíamos decidido qué camino tomaríamos en los años siguientes, si bien Ciencias o bien Letras, y comenzamos a soñar con ese tan esperado viaje de fin de curso que en un año viviríamos.
Comenzó 1º de Bachillerato, vendimos los primeros dulces, las primeras sudaderas, decidimos irnos de crucero por Italia, actuamos por Navidad, Carnaval… hicimos un sinfín de actividades para recaudar dinero. Finalmente, llegó aquel día tan esperado y, así, el 1 de mayo de 2011 partimos rumbo a Valencia, donde embarcaríamos en el Ocean Pearl, que nos llevaría por ciudades como Barcelona, Florencia o Roma. Comenzaron los días a bordo y a su vez las horas a pasar como segundos. No teníamos tiempo de hacer todo lo que queríamos: dormir y salir de fiesta. Es verdad eso de que cuando disfrutas con algo, más rápido se pasa el tiempo. Y así llegó el final de nuestra semana en la mar. Nos sentíamos derrotados por el cansancio, pero felices de haber vivido una experiencia que muchos calificamos como una de las mejores aún vividas.

Terminó el curso, y el final del verano trajo el comienzo del que sería el año más duro para todos nosotros. El primer trimestre pasó sin un gran esfuerzo, a pesar de las advertencias de Petra sobre que este año no habría fines de semana ni puentes hasta junio. A partir de enero, todo comenzó a hacerse más cuesta arriba; eran muchas las horas de estudio y de trabajo que se avecinaban. Pero también comenzó la preparación del Espectáculo Final, con el que todos disfrutamos tanto y volvimos a compartir otra experiencia.
Llegaron las vacaciones de Semana Santa y el tiempo comenzó a correr en nuestra contra: los exámenes comenzaban a acumularse, y los primeros síntomas de decepción, agobio y frustración nacían en nosotros.

Hoy, esta noche, ha pasado todo, estamos aquí, felices ante todo, y venimos dispuestos a disfrutar de la noche. Hemos acabado esta primera prueba que nos llevará a cada uno a estar más cerca de lo que pretendemos de nosotros mismos. Hemos necesitado seis años pero lo hemos conseguido, ayudados por el apoyo y la ayuda de nuestros padres y profesores, y por nuestro propio esfuerzo. Hemos trabajado duro y, por ello, esta noche que vamos a vivir será nuestra recompensa.

Quiero dar las gracias a todos mis compañeros de 2º de bachillerato y de cursos anteriores y que hoy no se encuentran en este salón por compartir todo tipo de anécdotas y de momentos tanto malos como buenos, a mis amigos que han venido a verme, a los profesores por intentar sacar lo máximo de nosotros y enseñarnos cultura, y, sobre todo, a mi familia por intentar hacer de mí una persona. A todos vosotros, ¡GRACIAS!

Es un gran recuerdo el que me llevo, -y estoy seguro de que vosotros también-, de este período en el que he podido conocer a tantas personas y compartir tanto con ellas. Echaré de menos esta rutina pero es el momento de enfrentarnos a esa calle que tan negra nos han pintado siempre los profesores. Os deseo a todos todo lo mejor en el futuro, que podáis hacer con vuestra vida siempre lo que queráis y podáis decidir sobre ella, y, sobre todo, que seáis felices. Cuando acabe esta noche, habremos vuelto a compartir otra experiencia, que junto a todas las demás guardaremos en nuestras mentes y corazones por siempre.

Quiero concluir recordando una frase del filósofo Herbert Spencer:
El objeto de la educación es formar seres aptos para gobernarse a sí mismos, y no para ser gobernados por los demás.”

Buenas noches y muchas gracias.
Iván Silva


Buenas noches queridos padres, profesores y amigos, ante todo quisiera felicitar a todos mis compañeros que estamos hoy aquí presentes porque a través de todos estos años de esfuerzos y sacrificios ha llegado el momento de ver una de nuestras metas más importantes alcanzada.

Hasta aquí hemos venido caminando todos juntos, nos esperan multitud de senderos que caminar, y a cada uno de nosotros nos tocará elegir. Me cuesta aceptar que hayamos estado unidos estos 6 años y ahora nos tengamos que separar, es por eso lo emotivo de este momento, es por eso la mezcla de sentimientos que quizá sintamos ahora, pues esta graduación también implica una despedida y me duele pensar que quizá muchos de nosotros no volvamos a vernos.

No nos marcharemos con dolor y tristeza sino que nos marcharemos con el grato recuerdo de haber disfrutado durante estos años, de haber reído, de haber llorado y de habernos conocido. Recuerdo que hace 6 años estábamos entrando a nuestro primer día de clase en esta misma sala con esa expectativa de cómo sería afrontar esta nueva etapa y la incertidumbre de cómo serían nuestros nuevos compañeros, esos que nos han ayudado a levantarnos y nos han dado ánimo para seguir adelante a pesar de los problemas. Hemos pasado de ser conocidos a grandes amigos, un grupo de amigos en el que si a alguna persona le pasaba algo todos los demás daban todo lo que en su mano estuviera para poder ayudar. Pero hoy tomamos diferentes direcciones en la vida y ahora cada uno va tomar un camino y el camino que antes recorríamos juntos ahora lo hacemos por separado. Nuestras vidas se van a separar de manera que diariamente no estaremos juntos. Todos hemos sido conscientes de que este es el último año juntos, de que serán las últimas risas entre nosotros y los últimos abrazos y lágrimas que quedarán para siempre en nosotros. Recordaremos momentos como las cenas de fin de curso, el acto final de la semana cultural, y cómo no, nuestro crucero por Italia, gracias a Nacho, Isabel y Eduardo por haber compartido con nosotros aquella experiencia tan increíble.

Atrás quedan muchos recuerdos que nos acompañarán por el resto de nuestra vida. Al recordarlos podemos notar cuánto hemos cambiado en estos años y cuánto hemos aprendido de como todo lo vivido aquí ha contribuido a hacernos no solo buenos estudiantes sino también mejores personas.

Cuando embarcamos en esta carrera, no lo hicimos solos, también embarcasteis vosotros queridos padres, verdaderos sufrientes directos durante todos estos años, porque junto a nosotros habéis pasado duros momentos de preocupación, agobios y nervios. Estamos aquí gracias a vuestro apoyo incondicional, a vuestras palabras de ánimo en los buenos momentos, a vuestras palabras de consuelo en los malos.

Agradeceros la enorme paciencia que habéis tenido con nosotros y por darnos siempre un poco más de lo que os pedimos, por forjar en nosotros valores y principios que nos han ayudado a ser lo que somos como personas. Por último agradecer a nuestros profesores su paciencia, que no ha sido poca, su dedicación y contribución a nuestra formación académica, intelectual y personal. Podríamos decir mucho de todos ellos, al igual que de todos los profesores con los que hemos tenido el placer de compartir clase durante estos 6 años, pero estoy segura de que siempre nos dejaríamos a alguien.

Ellos han dado lo mejor de sí mismos y nos lo han entregado a nosotros. Hoy se lo agradecemos de esta forma: graduándonos. Es nuestra manera de decirles que su esfuerzo y sus ganas han merecido la pena y que nosotros somos el producto de su esfuerzo.

Abreviando y dirigiéndome ahora a todos ellos, solo quiero deciros lo siguiente: gracias a todos, ya no solo por los conocimientos que nos habéis transmitido sino por vuestra calidad humana. Hay una frase que resume toda esta marea de sentimientos, es de Benjamín Franklin y dice:
DIME Y LO OLVIDO, ENSÉÑAME Y LO RECUERDO, INVOLÚCRAME Y LO APRENDO”.

Finalmente, invito a reflexionar a todos los que hoy nos graduamos, sobre el gran reto que vamos a afrontar. No olvidemos que terminar el instituto es un paso importante pero es solo el logro del primer peldaño.
Por último solo me resta felicitar a cada uno de mis compañeros por haber llegado a la meta. Lo conseguimos: hoy nos graduamos.

Gracias y buenas noches.

Elena Jurado







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